Marco Lara Klahr/Edad Medi@tica
Entre el gremio de los periodistas de Ciudad Acuña y Monclova, en
la frontera noreste de México, hay todavía la información testimonial
básica para clarificar judicialmente la desaparición de Rafael Ortiz Martínez,
ocurrida el 8 de julio de 2006. El Comité para la Protección de
Periodistas, la Sociedad Interamericana de Prensa y Reporteros sin
Fronteras la han publicado de manera parcial. Los gobiernos estatal y
federal optaron, en cambio, por hacer tiempo, por invocar a su aliada la
desmemoria.
A sus 32 años, Rafael era un profesional en el sentido de que, además
de pasión, poseía formación y una agenda investigativa consistentes,
referentes éticos y una noción de responsabilidad social que le daba
respetabilidad y lo hacía interesante. La violencia descontrolada del
crimen organizado y las fuerzas de seguridad del Estado, la ineptitud y
complicidad del sistema penal, el sometimiento voluntario o involuntario
de los medios, y la indolencia social acrecientan los riesgos hacia un
periodista con tales atributos.