Por Virgilio Mendoza*
El
viernes pasado el secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora,
falleció junto con otras 7 personas al desplomarse el helicóptero donde
viajaban. Hasta la fecha en que escribo esto (sábado 12 de noviembre) la
versión oficial señala que se trató de un accidente provocado quizá por las
condiciones climáticas, pero apenas se estaban realizando las investigaciones
correspondientes. El secretario tenía un poco más de un año en el cargo.
Este
acontecimiento resulta tan relevante como significativo. Su relevancia se
explica por tratarse del funcionario público más importante del gobierno
federal después del Presidente de la República. El puesto de Secretario de
Gobernación tiene que ver con asuntos como la seguridad nacional, el
establecimiento de la relación entre el Poder Ejecutivo y el resto de los Poderes
de la Unión, mantener las condiciones de gobernabilidad democrática, llevar la
relación del Poder Ejecutivo con los partidos políticos y con las
organizaciones sociales, vigilar el cumplimiento de las disposiciones
constitucionales y legales en materia de religión, etc. En suma, se encarga de
conducir la política interna del país. Es el área de “inteligencia”,
“vigilancia” y “negociación política” del gobierno que actualmente encabeza
Felipe Calderón Hinojosa.
¿Por
qué resulta significativo? Porque, aun tratándose de un mero accidente causado
por las nubes, por fallas técnicas o por errores del piloto, hay mucho qué
cuestionar y esto por desgracia da lugar a la especulación, pero también a la
reflexión respecto de la situación difícil que predomina en el país y la
condición de vulnerabilidad en que se encuentran los funcionarios públicos y
quizá el gobierno en su conjunto.
En
primer lugar, consideremos el factor humano. Se supone que no cualquier persona
pilotea la nave donde el titular de la Secretaría de Gobernación es
transportado. Quiero pensar que el piloto estaba capacitado para hacer su
trabajo, pues sería casi imposible que dada la importancia de su misión no lo
estuviera, aunque claro que un mal día lo tenemos todos y fallar es humano, no
sólo en lo que se refiere a la habilidad técnica, sino también al criterio para
tomar decisiones. Ahora, si había problemas por el clima y se estaba corriendo
un riesgo, ¿por qué siguieron el viaje? Si hay un controlador de vuelos
responsable de supervisar el recorrido del viaje, ¿quién decidió que
continuaran?
En
segundo lugar, el factor técnico. Tengo entendido que un helicóptero, como toda
aeronave, requiere de un trabajo constante de mantenimiento. Resultaría poco
creíble que el gobierno fallara en esto, y más si se trata de un helicóptero
que transporta funcionarios públicos del más alto nivel. Por supuesto, a pesar
de que se toman todas las precauciones es probable, poco, pero probable, que el
mecanismo falle, se pierda el control de la nave y ésta se desplome. Pero, ¿no
se supone que precisamente por eso utilizan los mejores aparatos disponibles,
para evitar accidentes?
Por
otro lado, la posibilidad de un atentado que resultó en homicidio. Una máquina
puede fallar en el momento justo si ha sido saboteada. En este caso, el
culpable debió colarse en instalaciones supuestamente muy vigiladas hasta tener
acceso al aparato y provocarle un fallo. O los cuerpos de seguridad son
mediocres o le permitieron pasar, en tal supuesto hablaríamos de una situación
de corrupción, insisto, al más alto nivel. También está la alternativa de que
el helicóptero hubiera sido atacado desde tierra o por otra aeronave. En este
caso, las preguntas que se ocurren son: ¿no llevaba escolta?, ¿no se supone que
se realiza una labor fuerte de inteligencia que prevé estas situaciones?, ¿será
posible que nadie detectó movimiento hostil o no se pudo hacer nada si lo
hubo?, bueno, es que ¿cualquiera puede dispararle a un helicóptero en pleno
vuelo?, supongo que eso requiere de cierto nivel de tecnología y logística
propios del crimen organizado, en tal caso, insisto: ¿dónde quedó la labor de
inteligencia que realiza el gobierno federal?
No
podemos negar que vivimos tiempos difíciles en el país. Estamos sumidos en un
clima de inseguridad y violencia que exige de todos, pero más de las
instituciones gubernamentales el máximo de precaución, de eficiencia, de
vigilancia para garantizar o por lo menos cuidar al máximo la integridad de los
funcionarios públicos que realizan las labores más delicadas y que por la
relevancia de su cargo deberían contar con el mejor equipo de seguridad del
país. ¿El secretario Blake contaba con él? Si así era, el hecho de que el
equipo haya fallado, ¿significa que el gobierno es tan inepto que no puede
cuidar a sus funcionarios más importantes?
Para
colmo, no es la primera vez que sucede en este sexenio. Recordemos que el 4 de
noviembre de 2008, el también entonces secretario de Gobernación Juan Camilo
Mouriño, murió al caer el avión en el que viajaba. Las investigaciones del
gobierno concluyeron que habían sido fallas humanas las causantes de la
tragedia, un accidente pues, aunque se especuló mucho sobre un posible vínculo
entre Mouriño y el narcotráfico. Esto me hace repetir la pregunta: ¿no puede el
gobierno salvaguardar la vida de sus funcionarios?
Al
final, todo esto me hace pensar en que el Estado mexicano es muy vulnerable, ya
sea por fallas internas o por atentados criminales, la realidad es que el
titular del segundo cargo más importante en el gobierno federal ha fallecido
trágicamente por segunda vez durante el mandato de Felipe Calderón. ¿Será que
el Estado es tan débil, es inepto o simplemente ha tenido mala fortuna en los
últimos años?
Quizá
no debería sorprendernos tanto si consideramos los hechos violentos más
recientes: en aproximadamente un año han sido asesinados un candidato a
gobernador y al menos ocho presidentes municipales. Si esto no es un Estado
vulnerable, entonces… ¿qué es?
Publicado originalmente en Jarochos on line.com.mx
*Virgilio Mendoza es profesor de español, literatura y etimologías, egresado de la UNAM,
locutor de radio, defensor de derechos humanos y rebelde por vocación
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios son bienvenidos, pero por favor no utilice palabras soeces. Cualquier mensaje que contenga una palabra soez será bloqueado. Nos reservamos el derecho de retirar cualquier comentario que incluya palabrotas, excepto cuando sean usadas como interjecciones.