viernes, 27 de mayo de 2011

“Neomalthusianismo educativo” o la violencia como institución


Por Miguel Merino Baltazar*

La llamada "acreditación de las instituciones educativas" tal como hoy está dictada en México comenzó con un enfoque economicista, debido al llamado "milagro" de la economía del Japón sobre todo en la década de los 80 y su enfoque empresarial con su concepto de "productividad" y "calidad", y gracias al contexto del modelo de globalización económica neoliberal los países del mundo trasladaron este enfoque a la educación afirmando que las instituciones educativas son también "empresas" y deben aplicárseles ambos conceptos.

"La instrucción pública es el fundamento de la
felicidad social, el principio en que descansan
 la libertad y el engrandecimiento de los pueblos".
Lic. Benito Juárez

"En pureza y santidad
mantendré mi vida y mi arte".
Hipócrates

Ya es un lugar común, repetido en cualesquier medio de comunicación tras las alertas de serias instituciones científicas, médicas y académicas como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), así como de las declaraciones de los funcionarios del Sector Salud del país, que aumentan en todo México las enfermedades crónico-degenerativas y otras anteriormente no comunes, como expresiones de las degradaciones económicas y socio-culturales de todo tipo en la vida cotidiana de la población mexicana.
Asimismo, que las declaraciones públicas de los Gobiernos federal y estatales no son reales puesto que, por ejemplo, restringen los accesos también a las instituciones públicas de enseñanza médica con pretextos diversos, ocultando que la causa principal es que no destinan a la educación pública el 8% del Producto Interno Bruto (PIB), parámetro mínimo indicado por la UNESCO como garantía para hacer real el derecho a la educación en cualquier país.
Una de las manifestaciones de tal política pública gubernamental, que se traduce en semejantes políticas de salud y educativa, ocurre en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO): reducción salvaje del número de aspirantes aceptados con el pretexto de elevar así la calidad académica, y un aumento del déficit de médicos en el estado de Oaxaca, problema que ocurre en todo el país, y que ha sido reconocido incluso por las propias autoridades de salud federales y publicado además en medios informativos mexicanos como el periódico "Reforma" y extranjeros como el "The New York Times", entre otros. (En este enero de 2011 lo reconoció el nuevo Secretario de Salud del Estado de  Oaxaca, Germán Tenorio Vasconcelos, especificando que según dicha Secretaría faltan 600 médicos y 3 mil enfermeras en la entidad: cifras conservadoras por oficiales, pero que al menos tal vez signifiquen aceptar hablar sobre el problema).

Pero el contexto económico, político y social de semejantes problemas es vasto. Veamos algunos ejemplos:
No escuelas sino empresas
La llamada "acreditación de las instituciones educativas" tal como hoy está dictada en México comenzó con un enfoque economicista, debido al llamado "milagro" de la economía del Japón sobre todo en la década de los 80 y su enfoque empresarial con su concepto de "productividad" y "calidad", y gracias al contexto del modelo de globalización económica neoliberal los países del mundo trasladaron este enfoque a la educación afirmando que las instituciones educativas son también "empresas" y deben aplicárseles ambos conceptos.
Dicho modelo económico impuesto por Estados Unidos en los 10 puntos fijados por el "Consenso de Washington" --formulado originalmente por el economista estadunidense John Williamson en 1989 para el Institute for International Economics, al que pertenece--, e instrumentado específicamente por el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial de Comercio (OMC), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y, en el caso de América Latina, también por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue impuesto en México por Carlos Salinas de Gortari, instrumentación que, entre otras cosas, le ganó que Estados Unidos lo propusiera formalmente el 12 de noviembre de 1994 para dirigir la OMC, objetivo que finalmente no lograron gracias al fracaso de su política económica en México y que se tradujo, entre otras cosas, en la grave crisis económica que se develó a partir de ese año.
Salinas de Gortari fue quien impuso lo que llamó "modernización educativa", que en su discurso hablaba de "calidad educativa", "productividad", "competencias", "excelencia", "evaluación", "eficiencia", etcétera.
Así el Gobierno federal creó mediante la SEP diversos organismos para instrumentar la "modernización educativa", como en 1989 el Consejo Nacional de Evaluación (Conaeva), en 1990 los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), y que en el 2000 culminó en el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (Copaes), la cual es la única reconocida por la SEP para otorgar reconocimiento oficial a los numerosos organismos acreditadores de los programas académicos y de educación superior en México, y en el caso de las Ciencias Médicas es el Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (Comaem) el que acredita los planes y programas de estudio de Facultades y Escuelas de Medicina y Cirugía en el país.
Sin embargo, puesto que la esencia y objetivo de una empresa es obtener ganancias, y generalmente sin importarle la moralidad y la ética de los medios para ello, a veces sólo observando la licitud y a veces ni eso, y uno de dichos medios principales es la competitividad, aplicar estos criterios a la Medicina nos lleva a ser tratados como objetos, no sujetos, que representan sólo una fuente de ingresos económicos para el médico, pues las doctrinas actuales de estos enfoques ha llegado al grado incluso de sustituir los conceptos y definiciones utilizados antiguamente en la Medicina, como "pacientes", por "clientes"; "prestador de servicios médicos" en lugar de "Médico", etcétera. ¡Qué lejos de la "modernidad globalizadora" van quedando Hipócrates: "En pureza y santidad mantendré mi vida y mi arte"; y Galeno: "Considerando la riqueza más importante que la virtud, y ejerciendo el arte no en beneficio de los hombres sino por lucro, no es posible alcanzar la finalidad de la Medicina".
Además, es inmoral e ilegal exigir "excelencia académica" a cualquier persona en cualquier área si el Estado y los demás responsables --los padres, por ejemplo-- no cumplen su obligación, legal incluso, de proporcionarle previamente los elementos básicos obvios, objetivos y subjetivos, que la hagan viable: adecuada nutrición, infraestructura educativa, acceso a la educación, etcétera, y al final empleo y posibilidad de desarrollo profesional.
Es ilegal por anticonstitucional ya que el Estado mexicano viola la Constitución puesto que no cumple la orden de impartir educación a todos los mexicanos. Y por tanto es una política educativa inmoral por hipócrita cuando los funcionarios de toda laya se llenan la boca parloteando que "el futuro de un país es la educación".
¿Con qué derecho y autoridad moral puede cualesquier autoridad exigir "excelencia académica" si, macroeconómicamente, la política educativa del Estado mexicano representado por los Gobiernos federal y estatales nunca, nunca han destinado el mínimo 8% del PIB, el parámetro recomendado por la UNESCO, para la educación en cualquier país?
¿Con qué derecho y autoridad moral puede cualesquier autoridad exigir "excelencia académica" si, por ejemplo en la UABJO, los Gobiernos federal y estatal le entregan un insuficiente presupuesto que sólo hace destinar anualmente 13 mil pesos para la atención de cada alumno, mientras, por ejemplo, la UNAM destina 51 mil pesos por alumno? (Pese a lo cual es necesario recordar que en el 2010 el propio rector José Narro Robles lamentó que la UNAM sólo haya podido aceptar al 16% de los más de 100 mil aspirantes, también por falta de recursos de índole diversa, empezando por presupuesto e instalaciones materiales).  
Por supuesto que este escribidor sabe que, desde el punto de vista de la Pedagogía la evaluación es un componente fundamental del proceso enseñanza-aprendizaje, y que su propósito principal debe ser retroalimentar a dicho proceso para detectar sus deficiencias y corregirlas a tiempo.
El problema consiste en su instrumentalización, así como la de los demás parámetros: "calidad educativa", "productividad", "competencias", "excelencia", "evaluación", "eficiencia", etcétera, así como en las variables: quiénes la instrumentalizan, cómo, en qué contextos, con qué medios, para qué y, sobre todo, por qué. Y sus connotaciones politiqueras, económicas y sociales injustas, discriminatorias, inmorales, ilegales e ilegítimas.
Y de estos enfoques injustos, discriminatorios, inmorales, ilegales e ilegítimos valgan los siguientes "ejemplos" divulgados públicamente por dos instancias gubernamentales: SEP e INEA, y una paragubernamental: la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES); los primeros el 20 de mayo de este año, el tercero en febrero del 2006, y el cuarto en septiembre del mismo año:
"Sólo uno de cada cuatro jóvenes mexicanos en el rango de edad para recibir educación universitaria, de 19 a 23 años, tiene acceso a una Universidad; es decir, el 25 por ciento.
"Y las universidades públicas del país sólo reciben al tres o cuatro por ciento de los estudiantes provenientes de las familias más pobres de México, en cambio reciben al 60 por ciento de quienes provienen de las familias más ricas.
"Hay 5.9 millones de analfabetas en México, sobre todo del medio rural e indígena, principalmente de Puebla, Michoacán, Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
"En la XXXVI sesión ordinaria de la asamblea general de la ANUIES, ante 86 Rectores y directores de casi todas las Universidades e instituciones de educación superior y del subdirector de Educación Superior y Tecnológica de la SEP, el Presidente y el Secretario Ejecutivo de dicha Asociación expresaron su preocupación por la reducción de los recursos a educación superior y tecnológica.
"La prevalencia de zonas en donde las escuelas se ubican bajo palapas, en cuartos de láminas de techos de cartón o plástico, donde no hay ventilación si hace calor o salones que son como coladeras en épocas de lluvia hizo que la SEP junto con los gobiernos de las estados realizara un diagnóstico sobre el rezago de infraestructura escolar, para determinar el monto para cubrir la falta de equipamiento de la educación básica, identificar las escuelas que son zonas de riesgo por las cuarteaduras de los viejos planteles, las que sufrieron afectaciones por desastres naturales o las que nunca han tenido salones de clase como tal, y el resultado fue que en los últimos cinco años del gobierno de Vicente Fox se acumuló en México un déficit de 44 mil 700 millones de pesos.
"De acuerdo con la SEP, el presupuesto que se requiere para atender todas las necesidades de construcción, mantenimiento, remodelación y equipamiento de escuelas es equivalente al 18% del presupuesto total que se otorgó para educación básica en este año 2006; recursos 1.2 veces el presupuesto que en el año 2005 se transfirió a los estados para el gasto de operaciones de las universidades públicas, o similar a dos años del presupuesto de la UNAM.
"Pero si se le suma el rezago en bachillerato y el que existe en el equipamiento del sistema universitario, el total del rezago de infraestructura en la educación en México es de 71 mil 700 millones de pesos.
"Son el Estado de México, Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Veracruz y San Luis Potosí las entidades que reportan el mayor rezago de inversión en infraestructura escolar.
"En 2004 el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) inició un diagnóstico para determinar el deterioro y el rezago en la infraestructura escolar en México, y en el informe preliminar reveló que era en Oaxaca, Chiapas, Puebla y Guerrero en donde se localizaba el mayor déficit de planteles.
"La SEP dio a conocer este Informe en 2006, cuantificando el monto de las necesidades que existen en todo el sistema educativo para tener las condiciones básicas para que los maestros ofrezcan el servicio educativo a más de 35 millones de estudiantes.
"Para el director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana, Carlos Muñoz Izquierdo, quien por sus trabajos ha sido reconocido por la UNESCO, el rezago en infraestructura, la falta de mantenimiento de las escuelas, pero sobre todo las que no tienen paredes o techos es el inicio para que el sistema educativo en México no pueda alcanzar las condiciones necesarias para dar una educación de calidad.
"La inequidad también persiste en la infraestructura y cuando más alejadas y marginadas estén las escuelas, cuando llegas a las zonas indígenas las precariedades y la injusticia es mayor". Por eso los mayores problemas de infraestructura la tienen los "espacios" del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), "porque ni siquiera llegan a ser escuelas, operan donde pueden y como pueden", explicó el especialista".
Muñoz Izquierdo advirtió que es la "falta de una regulación adecuada en la distribución y ejercicio del presupuesto" lo que mantiene el rezago en la parte de infraestructura, lo cual se acentuó aún más a partir de la firma del Acuerdo Nacional de Modernización de la Educación Básica (ANMEB) en 1992.
Francisco Javier Lara, presidente de la Asociación Nacional de Padres de Familia, aseguró que además las escuelas sin salones de clase se encuentran lo mismo en Chiapas, Guanajuato, Tamaulipas, el Estado de México y el DF, y comentó que en los municipios de San José Iturbide y Doctor Mora, en Guanajuato, las escuelas ni siquiera llegan a tener un techo.
Y podríamos así seguir con interminables "ejemplos".
Lo lógico y obvio, lo justo y legal sería que las autoridades federales y estatales cumplieran su obligación de dotar, por ejemplo, a la Facultad de Medicina y a la UABJO toda de los necesarios recursos económicos, personal académico y laboral para acoger a todo aspirante con vocación médica, pero hacen exactamente lo contrario: reducen la admisión alegando falta de presupuesto. A pesar de que todos sabemos que el presupuesto lo utilizan para sus particulares fines de toda índole.
Esta es parte del panorama actual de la enseñanza universitaria de la Medicina en Oaxaca, que fuera iniciada el 8 de enero de 1827 por el glorioso Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca (ICAEO), el primer centro educativo secular en nuestra entidad, ya que en lugar de la tradicional instrucción eclesiástica empezó a impartir las carreras de Medicina y Derecho, además de las cátedras de Matemáticas, Lógica, Ética, Economía Política, Física y geometría, Francés e Inglés, y que se convirtiera en Universidad "Benito Juárez" de Oaxaca (UABJO) el 7 de enero de 1955.

*Miguel Merino Baltazar es médico cirujano de profesión y periodista, actualmente subdirector de la página web de noticias E-Oaxaca.
Ensayo publicado originalmente en E-Consulta

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