jueves, 13 de junio de 2013

Lesiones y cambios de color en la piel podrían ser indicios de melanomas

Comunicado

  • En Oaxaca las personas de la tercera edad abarcan casi el 80 por ciento de las consultas por éste mal. 
La exposición continua a los rayos solares sin protección puede ocasionar desde lesiones leves en la piel, cambios de pigmentación -como lunares-, hasta cáncer. Padecimiento que se ve reflejado en un 78 por ciento más en personas de la tercera edad, alertó el área médica de la delegación en Oaxaca del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Debido a que este daño severo provocado por el sol no causa sintomatología y es generalmente detectado hasta que es demasiado evidente: al manifestarse como una herida que no sana o una pequeña protuberancia (que puede ser roja, áspera o escamosa, con tendencia a crecer),  médicos del IMSS destacan la importancia de la detección temprana de las lesiones, tomando en cuenta todas aquellas alteraciones en la piel que no se encuentran de forma habitual.

De acuerdo con datos de la Coordinación Delegacional de Prevención y Atención a la Salud, en 2012 se otorgaron en el régimen ordinario un total de 624 consultas por tumores malignos de la piel, de las cuales el 74 por ciento se concentraron en la ciudad de Oaxaca, el 12.8 en Tuxtepec, un 12 en Salina Cruz y el resto en Huatulco. Y que el padecimiento registra una leve demanda en comparación con 2011, pues en ese año se brindaron 614 consultas.

Así mismo detalló que las personas mayores de 60 años concentran el 78 por ciento de los afectados por este tipo de cáncer y que es ligeramente más común en mujeres que en hombres en una relación de 6 por cada 10 habitantes.

La degradación en la capa de ozono provoca que los rayos solares ingresen en forma más directa a la Tierra afectando así en cada exposición la piel de los seres humanos al acumular mayores cantidades de radiación y años más tarde favorecer el desarrollo de un melanoma o tumor maligno, diagnóstico que debe ser realizado por un médico especialista a través de una dermatoscopía.

Impulsar una cultura de protección contra los efectos negativos de los rayos ultravioleta del sol es la mejor medida de prevención que se puede utilizar. Ante ello, se recomienda el uso del sombrero para proteger el rostro; de gafas que absorban los rayos ultravioleta; ropa de algodón, preferentemente de colores claros; aplicarse el protector o el bloqueador solar 20 minutos antes de exponerse al sol y reponerlo cada cuatro horas; en caso de entrar al agua, al salir hay que cubrir nuevamente la piel con protector; evitar la exposición solar en las horas cercanas al medio día (entre las 11 y 15 horas) y en caso de hacerlo que no sea por más de media hora.


Es importante mencionar que a los bebés menores de seis meses de edad jamás hay que exponerlos al sol, ya que su piel aún es muy delgada y fácilmente sufre quemaduras. Si lo llevan a la playa deberá estar bajo una sombrilla o palapa, con ropa clara y la cabeza mojada con agua fresca, que no sea la de mar. En el caso de niños mayores, se recomienda el uso de gorra, ya que la cara es es una de la partes más sensibles del cuerpo.

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