La literatura y yo, digresiones de un estudiante

Hiram Sánchez López*

“Veo los sueños sigilosos,  

admito los postreros días,  

y también los orígenes, 

y también los recuerdos, 

 como un párpado atrozmente levantado 

a la fuerza  estoy mirando”

Pablo Neruda.

Manzanero canta mientras mis palabras resuenan sobre el teclado. Mis dedos se mueven al ritmo de mis pensamientos. Saboreó cada palabra que plasmo. 

El poeta yucateco con su Adoro y yo, tratando de escribir este ensayo.

¿Qué es la Literatura para mí? Responder es difícil. La literatura, el arte de la palabra, belleza hecha realidad por una sincronía de pensamientos y palabras, ese artificio tan humano, ha pasado ya a ser parte fundamental de mi vida, de mi existencia, se ha convertido en mi todo.

Respondo con otra pregunta: ¿Qué seria yo sin la literatura?

Laura

Aquel amor inocente y precoz, que tantas veces me hizo llorar; pero, también descubrir entre esa inmensa soledad el amor por escribir. Gracias a ella di forma a Ya no soporto, mi primer poema. 

Y así, disfrazando de amistad aquel amor, ahogaba mis sueños en mis primeros poemas, en aquel rincón, en aquel lugar.

Berenice

Amor de plena pubertad. Sus pasos iban en sincronía con mi deseo y yo, seguí fiel a esa forma de disfrazar amor con amistad. 

Ya han pasado los años; pero aun cuando recorro esas calles no dejo de pensar en ella y de preguntarme:¿dónde estarás? ¿Qué habrá sido de ti mujer?

Con ella fueron naciendo Silencio, que solo quiero contemplarte, Me encantas y Solo esta noche, poema que le hice llegar estando entre sus brazos y susurrando a su oído. Solo eso.

Ahora sé que me falto valor para ir más allá y, luego, para arrancarme completamente este amor.

Karina

Mi pequeña niña. Gracias a ella tuve que aprender otro idioma al crear Je t’aime, mientras me secaba las ansias, y me perdía en la noche. 

Amor recargado, Solo esta vez, Pregúntame cuándo y Náufrago se sumaron al repertorio.

“Raros” era el término correcto para describirnos. 

Pero llegó el final, los reclamos, el desamor, y a los anteriores y amorosos poemas se sumaron: ¿Qué recuerdas tú?, ¿Por qué eres así mujer?, Lo disfrutas, Olvidémonos.

 

En el reproductor ya cambió la música. Ahora me muevo en mi asiento al ritmo de Liran Roll y su Cuarto para los dos. Así cambió el ritmo de mi vida. Un cambio tal vez para bien o para mal. 

¿Qué me dejaron aquellos años?

Capricornio

Aquel amor callejero y nocturno, cuyo nombre omitiré.

A veces cálido, a veces frío. Un cuerpo deseado y comprado que me inspiró Tan pequeña, Volcán, Suéltame, Orgasmo y Tu cuerpo.

Amor violento, herido, hiriente, perdido en el tiempo y en las sabanas. Amor del que tanto aprendí y al que de vez en cuando vuelvo para calmar el estrés y las ganas.

Qué habría sido de estos amores sin la literatura. 

Son tantas las ideas, las emociones que se hubieran quedado perdidas si no existiera la literatura, tantos nombres, tanto recuerdos, tantos sueños.

Sin la literatura que hubiera sido de Dante Alighieri y su amor por Beatriz, de Francesco Petrarca y sus sentimientos hacia Laura, de Dulcinea y Don Quijote, de la puta que se robó los poemas de Charles Bukowski, del amor que perdió Ernesto Cardenal y de Jaime Sabines mientras esperaba curarse o veía a Eva y Adán en su paraíso tratando de volver a ser uno.

Sin ella, de qué forma Mario Benedetti podría hablarnos de su imagen ideal de Dios, Pablo Neruda del silencio de su amada en el Poema XV e Hiram Sánchez, ese poeta desconocido, de todo lo que ya ha hablado.

¿Qué es la literatura para mí? Es amor. Y, ¿qué es el amor? El amor lo es todo, es mi vida. Amor y literatura resumen la vida de este intento de poeta.

* Hiram Sánchez es estudiante del sexto cuatrimestre de la carreta de Ciencias y Técnicas de Comunicación en el Instituto de Estudios Superiores de Oaxaca (IESO), con esta entrega le damos la bienvenida a Librepensador.