domingo, 24 de julio de 2011

La utilidad del arte, esas creaciones con las que acariciamos lo invisible


Olga María Chávez*

Me lo he preguntado y se lo he preguntado a alguna gente. Lo que uno crea, pinta o escribe ¿Le sirve a alguien o a nadie?

He pensado que la utilidad de un trabajo artístico depende del valor que le da quien  lo vive, quien lo crea, a menos que haya la intención de transmitir una enseñanza y de tomar el papel de maestro.

En mi caso, las obras artísticas que he podido apreciar, me han servido para hacer visible o palpable lo que de otro modo sería invisible, intangible como los asuntos metafísicos, los temas filosóficos o el devenir de la vida social que tiene tantos mundos y tantos fenómenos.

La muerte, por ejemplo, es una idea latente hasta que ocurre o se vives de cerca. Sin embargo, por medio de la literatura tenemos noción de ese trance y hasta lo sentimos o vivimos cuando nos adentramos en los personajes ficticios que pueblan las narraciones y poemas.

El dolor, cómo representar esa sensación. El arte lo logra. En los últimos años se ha hecho un teatro que aborda el tema del cáncer, por ejemplo, y en éste, el dolor es protagonista de la historia.

El teatro se torna, en este caso, un medio eficaz y cálido  para hablar de un tema difícil, para revelar sin ambages que el tiempo vuela, para unos más rápido que para otros.

La pintura, por otra parte, es un arte que permite descubrir de formas diferentes las cosas, ir más allá de su apariencia externa, nos da otra percepción del mundo. Por medio de colores y trazos, la pintura nos muestra otras ideas del tiempo, del silencio, del pensamiento, del amor,  y del sentido profundo de la vida.

Aunque no es necesario entrar en asuntos tan profundos para darnos cuenta de que esos mundos invisibles se nos hacen presentes cuando los revela un artista.

El amor, quizá uno de los temas más presentes en las obras artísticas, no ha sido tratado siempre igual a través del tiempo, pero se le aborda en todas sus formas, desde lo sublime hasta lo erótico, pasando por el sosegado amor fraterno o el amor a la Patria.

Eros y Psique han sido tema desde la mitología griega hasta nuestros días. El cuerpo y el alma como protagonistas de esa incesante tarea de los artistas de hacer visible o tangible lo invisible, lo que nace de una idea, de un deseo o de una aspiración.

No debe ser nada fácil esta labor del artista: mirar hacia fuera, mirar hacia adentro y crear y exponer lo creado. Exponerse, sin pretensión de enseñanza. Cada quien es responsable de su propio aprendizaje. Pero el artista se muestra generoso, nos da sus obras, el resto depende de quien observa o disfruta una obra de arte.

*Olga María Chávez es Comunicóloga, egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco (UAM-X)

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