lunes, 21 de enero de 2013

María Moliner: la libertad de las palabras

Magí Camps, La Vanguardia
 
«El trabajo es la única honestidad que no me han arrebatado», confiesa María Moliner sobre el escenario. Durante la República, Moliner participó en las tareas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza, desarrolló un sistema pionero de bibliotecas rurales y a partir de 1936 estableció mecanismos para enviar libros a los soldados en el frente. Esta bibliotecaria aragonesa estaba convencida de que los libros nos dan la cultura, y la cultura, la libertad.
Con la victoria franquista, Moliner fue depurada. Al final de su vida sufrió arteriosclerosis cerebral y es a partir del diagnóstico de la enfermedad que la actriz Vicky Peña (soberbia) nos cuenta la vida de esa mujer excepcional. El novel dramaturgo Manuel Calzada Pérez se empecinó en una tarea de éxito más que dudoso: llevar al escenario la vida de María Moliner, la autora del mejor y más completo diccionario del español que existe. ¿A quién le pueden interesar los avatares de una diccionarista que trabaja sola y aislada en pleno franquismo y que cuando se le manifiesta la enfermedad su médico diagnostica un «delirio léxico de Don Quijote»?
Pues Calzada ha superado con nota su propio reto: la obra El diccionario retrata con toda crudeza y amor a una mujer que, bajo la dictadura franquista, se dedicó en cuerpo y alma a su marido, a sus cuatro hijos y al diccionario. Moliner, entre ficha y ficha, nunca dejó de zurcir calcetines, porque, tal como reflexiona en la obra teatral: un hombre que trabaja denodadamente lo hace por la familia y así se le reconoce; pero cuando es una mujer, se le recrimina porque desatiende a su familia.

A partir de un análisis del diccionario de la RAE, Moliner quiso deshacer los bucles en que esta obra se perdía: palabras definidas con otras palabras que se definían con las primeras. Por ello estableció una organización y una jerarquía que se resumían en que toda palabra había de ser definida por otra de sentido más general y una segunda que la especificara. Así, mujer es persona (sentido amplio) y hembra (acotamiento). Moliner, trabajando con discreción (se definía como una mujer recoleta), enmendó y superó con creces el trabajo académico con su Diccionario de uso del español, pero nunca llegó a ser la primera mujer de la Academia.

La obra que ahora se representa en el teatro Romea es un resarcimiento y un monumento a una mujer que aprovechó su exilio interior para construir una obra sin parangón, que nos enriquece como hablantes y que a ella le permitió conseguir su libertad interior.

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