Por Celestino Robles
El pasado 24 de diciembre, aproximadamente a las 7 de la tarde-noche, hace tres años
precisamente, se fue de nuestro lado Miguel Cruz José, un hombre que bien valía la pena conocer,
caminar con él y aprender de él. “Se fue”, es un decir, más bien nos lo arrebataron,
le quitaron la vida de 8 impactos de bala en diversas partes del cuerpo,
cuestión que aún nos estremece a quienes compartimos las penas, los dolores y
los éxitos a su lado.
Su
nombre en la Mixteca sigue resonando a través de sus hechos, de sus obras y de
los mensajes que semana con semana llevaba a los pueblos más alejados, aquellos
lugares inimaginables donde ni el transporte ni los medios de comunicación
existen, a través de su claridad en la ideología antorchista, construyó y
transformó la mente de los campesinos pobres y aislados.