I. INTRODUCCIÓN.
1. Aún cuando pareciera que todo está dicho sobre el tema de la conciencia de clase, debo justificar la importancia de traerlo al debate de las ideas en este seminario.
2. Inicio esta reflexión con algunos cuestionamientos que nos formulamos frecuentemente algunos militantes de la izquierda preocupados por la situación de la conciencia de clase, entre ellos los siguientes: ¿Qué efectos ha tenido la globalización y la entrada al mundo de la posmodernidad en la conciencia de clase del proletariado mundial? ¿Es verdad como sostienen algunos teóricos actuales que la lucha de clases ha dejado de ser el motor de la historia y que en consecuencia la clase obrera no tiene capacidad de proponerse la toma del poder? ¿Cuáles son las perspectivas que tiene la clase obrera del mundo de reconstruir su identidad y conciencia de clase para levantar la lucha por la transformación radical de la sociedad?
3. La intensa actividad que han representado la movilización de grandes masas de la población en Seattle, Roma, Washington, Quebec, Praga, Melbourne, y otras sedes de la OMC , que se han levantado en contra del capitalismo ha provocado el optimismo de los partidarios de un cambio de estructuras hacia la sustitución del capitalismo por el socialismo; pero, junto a esa gran capacidad de movilización en todo el mundo, se observa también una gran incapacidad de la izquierda para darle rumbo a esa movilización mundial que no sea la mera resistencia anticapitalista, y menos para generar conciencia de clase; de esta manera el movimiento revolucionario acusa un rezago muy grande frente al fenómeno en cuestión.
4. Son varias las razones que explican este problema; pero aún no sabemos con certeza si sea por incapacidad; o porque el movimiento revolucionario de motu proprio ha dejado de lado esta valiosa oportunidad como consecuencia de la confusión existente en cuanto al sujeto de la revolución.
5. En primer lugar ha permeado los círculos de las propias corrientes de izquierda la idea de que la lucha de clases ha dejado de ser el motor de la historia, incluso la idea de Fukuyama sobre el fin de la historia1 adquiere ciertos niveles de legitimidad; este fenómeno incide de manera directa sobre la clase obrera abonando el terreno de una falsa conciencia, cuyo núcleo central radica en la idea de que la clase obrera es incapaz de tomar el poder o que si así fuera es incapaz de organizar a la totalidad de la sociedad en torno a sus intereses de clase.
6. Esto ha llevado a algunos teóricos reconocidos por sus obras como Holloway, Negry y Hardt, Heinz Dietereich, a plantear alternativas que se separan de la idea de Marx, tales como considerar innecesaria la toma del poder o considerar que el sujeto de la revolución ha cambiado de identidad a consecuencia de la posmodernidad y la globalización trasladándose a la multitud global; o la sustitución de la dictadura del proletariado por la llamada “democracia participativa”.
7. Ciertamente los planteamientos no son nuevos, ya en la segunda mitad del siglo XX Herbert Marcuse planteó la tesis del hombre unidimensional la cual consiste en sostener que la clase obrera ha perdido su potencialidad de dirigir la revolución cediendo ese lugar a otros estamentos de la sociedad capitalista.
8. Las transformaciones de las fuerzas productivas nos presentan cambios en las características de la división del trabajo, se incrementa el sector de los asalariados dedicados a los servicios, crece el número de trabajadores por cuenta propia, se incrementa el número de los obreros de cuello blanco, se modifican las formas de producción industrial dando paso a la robótica, se transforman las características de las funciones de los obreros exigiéndoles multiplicidad de habilidades , se establecen en todo el mundo las formas de trabajo a domicilio y el sistema de maquiladoras imponiéndose la obtención de plusvalía relativa sobre la plusvalía absoluta; Estos cambios sin lugar a dudas inciden sobre la conciencia de clase de la clase obrera; ¿Cuál es su impacto real en la conciencia de clase?.
9. Este es el quid de la cuestión y el presente ensayo aspira solo a hacer algunos aportes para la polémica.
II. SOBRE LE CONCEPTO DE CONCIENCIA.
10. Ahora que se habla del fin de la historia, del fin de las ideologías, del fin del imperialismo, de la inexistencia de la lucha de clases y consecuentemente de la ausencia de la conciencia de clase, considero oportuno traer al debate una añeja discusión respecto al tema de la conciencia de clase.
11. En realidad la conciencia es uno de esos conceptos básicos fundamentales de la vida social, de los cuales hacemos usos diversos y frecuentes, pero que son difíciles de definir en forma precisa. De acuerdo con la enciclopedia del idioma de Aguilar, la conciencia tiene diversos significados, entre ellos: “...hecho de darse cuenta de de la propia existencia y actividads, generalmente en relación a otros individuos y objetos.” (...) “...intuición inmediata de los hechos interiores subjetivos, el acto por el que el alma se da cuenta del ejercicio de sus facultades y de sí misma en él. Designa pues la materia del conocimiento interior, los hechos subjetivos de todo género y las actividades productoras de los hechos, y ya también, la forma común por la que todos ellos se ha en presentes y visibles a la mirada exterior...”2.
Por otra parte y más cercano a nuestros usos el sociólogo Lucien Goldman precisa respecto al tema lo siguiente: “...La conciencia es cierto aspecto de todo comportamiento humano que implique la división del trabajo...”3 y amplia la explicación de la definición precisando que toda forma humana de división del trabajo presupone un mínimo de planeación y la posibilidad implícita de designar los seres y las cosas en el plano teórico, para ponerse de acuerdo sobre el comportamiento que se debe adoptar ante ellos.
12. Para no ahondar en más detalles digamos que todos sabemos lo que es la conciencia aunque no podamos precisar conceptualmente su significado con entera certeza. Siguiendo las reflexiones de Goldman, todo acto de conciencia o de toma de conciencia implica además cierto aspecto cognitivo, y consecuentemente se inscribe en la epistemología de la relación sujetoobjetoconocimiento.
13. Ahora precisemos ciertos niveles o grados de conciencia; y dado que todo acto de conciencia implica cierto grado de adecuación del sujeto cognoscente con la realidad, esto implica que en los actos de conciencia se mezclan lo imaginario e ilusorio con lo verídico y puede ocurrir que se dé el predominio de alguno de estos elementos.
14. Podemos entonces hablar de conciencia falsa y conciencia verdadera o conciencia real. Como ejemplo de la existencia de la conciencia falsa podemos sostener que la conciencia burguesa de que el capitalismo se identifica con la democracia y la libertad y que consecuentemente el régimen capitalista es irremontable, que el capitalismo implica el fin de la historia, que el capitalismo oferta las mejores posibilidades para el desarrollo de la libertad. Esta conciencia que tiene la burguesía como resultado de su posición en la división del trabajo, es el ejemplo más evidente de lo que significa una falsa conciencia.
15. En lo individual hay ciertamente individuos o grupos grandes y pequeños de la burguesía que tienen clara conciencia de su paso transitorio como clase dominante, y que tendrán que sucumbir ante el proletariado, no obstante, lo importante es que se sostiene como clase en una falsa conciencia.
16. Pero como la conciencia es siempre un acto de adecuación con la realidad esta adecuación puede llevar a los portadores de esa conciencia a un rango tan amplio de adecuación que rompa el equilibrio y el sujeto (individuo,grupo,colectivo social) pierda su identidad original y adopte otra. Entonces, sostiene Lukács, llamaremos conciencia posible a aquel grado máximo de adecuación que podría alcanzarse sin cambiar de naturaleza.
17. En los hechos históricos un ejemplo de esta conciencia posible se dio cuando Lenin diseñó y puso en marcha la Nueva Política Económica la cual implicaba entre otras cosas poner en manos del capital extranjero áreas importantes del las fuerzas productivas, así como la entrega de la tierra a los campesinos. Desde luego que la conciencia posible de ese momento permitía a Lenin inferir que se podían aplicar esas medidas bajo ciertas circunstancias sin que por ello la clase obrera en le poder perdiera su naturaleza revolucionaria.
III. LA CONCIENCIA DE CLASE.
18. Señala acertadamente Georg Lukács en su obra“ Historia y conciencia de Clase”4 que la obra de Marx se ve interrumpida cuando precisamente iba a iniciarse la determinación y precisión de las clases. Este acontecimiento ha tenido serias repercusiones en la lucha revolucionaria, en sus aspectos relativos a la lucha de clases y a la conciencia de clase, principalmente porque de manera frecuente se asume una concepción mecánica y en ocasiones simplista de los conceptos y categorías teóricas creadas por Marx, Engels y Lenin.
19. Para definir de la mejor manera que me sea posible lo que significa la conciencia de clase permítaseme una reflexión sobre la conocida frase de Marx , la cual sintetiza la profundidad filosófica del materialismo histórico: “...No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia; sino a la inversa, su ser social determina su conciencia...”
20. En ella está implícita una definición de Marx sobre la conciencia y sobre la conciencia de clase. Digamos que la idea de conciencia está vinculada de manera dialéctica a la idea de totalidad y consecuentemente, de manera igualmente importante a la idea del individuo social, del ser social; lo cual implica a su vez una articulación dialéctica del sujeto y el objeto. Esto significa que si el hombre toma conciencia de si mismo como ser social, como individuo social, no como individuo simplemente; entonces deberá tener clara conciencia de que es sujeto y a la vez objeto de la historia.
21. Ahora bien, la conciencia de clase es un producto del capitalismo; no podemos hablar de una conciencia de clase en el feudalismo o en otras etapas anteriores de la historia, por varias razones de orden teórico y de orden práctico.
22. Para el proletariado tener conciencia de clase es una función vital a diferencia de la servidumbre o de lo esclavos; para éstos era teórica y prácticamente imposible diferenciar los intereses de las clases a las cuales pertenecían, porque mediaban factores en contra como la cultura, la religión, las tradiciones, la concepción jusnaturalista de la historia y el derecho divino que otorga el poder a los fuertes y somete a los débiles al yugo del dominador. Pero principalmente porque la sociedad feudal no estaba suficientemente organizada y no se podía presentar en la conciencia la realidad del hombre, como una totalidad.
23. Solo en el capitalismo se dan todas las condiciones para que se de el conocimiento completo de la sociedad y éstas condiciones son principalmente: La existencia de clases suficientemente diferenciadas de acuerdo al lugar que ocupan en el proceso de la producción; y sobre todo la existencia de dos dimensiones para ver el mundo; de dos visiones diferentes y opuestas del mundo social: El punto de vista burgués y el punto de vista proletario.
24. Si el proletariado no es capaz de tener la suficiente claridad sobre el lugar que ocupan las clases en la producción y consecuentemente sobre sus potencialidades transformadoras, entonces pierde la batalla y se ve sometido por largos periodos de tiempo a la explotación sin posibilidades de cambiar las cosas; digámoslo de otra manera, para el proletariado es cuestión de vida o muerte el tener conciencia de clase.
IV. EL MOTOR DE LA HISTORIA.
25. Respecto de la conciencia de clase , vale reiterar que el marxismo en este punto sostiene un referente teórico de gran valor, y es el que alude a la existencia de fuerzas motoras de la historia; fuerzas que actúan con cierta independencia de lo que piensan los individuos en lo particular en este caso incluso el proletariado, al respecto Marx señala: “...No se trata de lo que directamente se imagine tal o cual proletario, o incluso el proletariado entero. Se trata de lo que es y de lo que históricamente se verá obligado a hacer por ese ser...”5 Entonces estamos frente a una fuerza independiente, pero es importante precisar que esa independencia puede ser interpretada de dos maneras : De manera mecánica y de manera dialéctica; lo que nos conduce en el primer caso al dogmatismo y en el segundo a una interpretación crítica.
26. Dicho en otros términos, en la interpretación mecánica de esta verdad se concibe la historia como el cumplimiento fiel de leyes inmutables y en el segundo se asume la historia sometida al devenir, con lo cual se antepone a la visión rígida y determinista, de esta manera la historia es la historia de estas formas de concebir y actuar en el mundo, de estas formas de asociación de los hombres en momentos y circunstancias únicas e irrepetibles. Digamos que no hay en Marx una interpretación ineluctable de la historia, sino más bien una serie de circunstancias que se pueden y deben aprovechar para que se cumplan las leyes sociales.
27. Respecto de este tema son muy valiosas las aportaciones hechas a principios del siglo pasado por Lukács, el afirma: ”...Pues bien, la conciencia de clase es la reacción racionalmente adecuada que se atribuye de este modo a una determinada situación típica en el proceso de la producción. Esa conciencia no es , pues, ni la suma , ni la media de lo que los individuos singulares que componen la clase piensan, sienten, etc. Y sin embargo la actuación históricamente significativa de la clase como totalidad está determinada en última instancia por esa conciencia, y no por el pensamiento, etc, del individuo, y solo puede reconocerse por esa conciencia...”6
28. Por ende, lo que importa es saber hasta que punto la clase social de que se trate y en este caso particular, la clase obrera, es capaz de poner en marcha todas aquellas acciones que la conduzcan a tomar el lugar que la propia historia le ha conferido. Hasta que punto es capaz la clase obrera de realizar las acciones que le impone la historia, proponerse la toma del poder y tomar el poder; porque como precisa Marx “...la conquista del poder político ha venido a ser el gran deber de la clase obrera...”7.
29. Es importante añadir que ello no significa que el poder de las fuerzas motoras de la historia sea automático o que pueda actuar sin la necesaria apropiación ideológica de la clase obrera de estos principios. Por lo que no se deben subestimar los elementos ideológicos que participan en este propósito, puesto que la capacidad combativa de la clase obrera es mayor en razón directamente proporcional a sus posibilidades para creer en su propia misión. Es aquí cuando adquiere relevancia la frase de que la verdad tiene una gran potencialidad revolucionaria. La clase obrera debe descubrir esa verdad, y actuar en consecuencia, en ello radica la conciencia de clase. 30. Esta aportación de Lukács implica necesariamente la comprensión de la sociedad como un todo, esto es, aplicar la categoría de totalidad al estudio de la sociedad. El hecho de que una clase esté llamada a dominar implica necesariamente que es capaz de imponer a la totalidad de la sociedad sus intereses de clase; y que desde sus intereses de clase es posible organizar y dominar a toda la sociedad.
31. La clase obrera de esta forma no puede ni debe darse el lujo de incurrir en una conciencia falsa porque entonces estaría siendo condenada a retrasar las posibilidades de la transformación revolucionaria de la sociedad; en tanto que la conciencia falsa a la burguesía le permite seguir luchando por sus intereses de clase y prolongar su dominio dela sociedad hasta en tanto la clase obrera adquiere conciencia real. Fundamentalmente porque su dominio, dado que es el dominio de una minoría, se asienta en la oscuridad y confusión que genera en el resto de las clases sobre su propio lugar en la historia, particularmente la clase obrera.
32. En resumen, la conciencia de clase del proletariado no es la conciencia psicológica de los proletarios individuales sino el sentido final y no inmediato , precisamente este sentido convertido en acto consciente, de la situación y la misión histórica de la clase; ello implica el reconocimiento de que la tarea histórica de la transformación radical de la sociedad corresponde a la clase obrera; que la historia navega con viento a favor de esta misión pero que el cambio no es automático; que la clase obrera no puede cambiar la sociedad más que suprimiendo el anterior modo de producción y que debe asumir su tarea, a diferencia de los cambios que le precedieron, de manera consciente, es decir la transformación consciente de la sociedad como resultado de un acto consciente del proletariado.
V. COSIFICACIÓN VERSUS CONCIENCIA DE CLASE.
33. Para consolidar su conciencia de clase el proletariado debe luchar consigo mismo para superar la cosificación de que es objeto por parte del capitalismo, la cual tiene diversas manifestaciones y niveles.
34. La cosificación del trabajador se da en un principio en la forma de mercancía; el trabajador participa en el mercado capitalista en aparente “igualdad de circunstancias” frente al empleador o patrón, pues oferta su mercancía ( fuerza de trabajo) al mejor postor, a su vez el capitalista adquiere esa mercancía. Pero como es la fuerza de trabajo de un determinado obrero, arrastra a éste al proceso de cosificación y el trabajador es absorbido por el mercado de explotación capitalista en forma de una cantidad, un número.
35. Este proceso de cosificación implica que el obrero confunde la compraventa de su trabajo con la fuerza de trabajo que es lo que realmente vende y ello lo conduce a un sinnúmero de confusiones que profundizan su grado de cosificación; entre ellas, que no se trata de un proceso de explotación sino de una simple operación mercantil entre iguales; se
borra la diferencia radical entre las clases y se simula una cierta igualdad que hacen que el obrero asuma algunos principios ideológicos, culturales y sociales de la clase antagónica a la que pertenece, como la eternidad del capitalismo, la imposibilidad de la transformación revolucionaria de la sociedad, etc. La clase obrera en estas circunstancias está en el nivel más bajo de su conciencia de clase.
36. Después de la caída del campo socialista, la clase obrera ha sido bombardeada por la ideología capitalista, particularmente para obstruir el proceso de la toma de conciencia de clase; el momento histórico de referencia es sin lugar a dudas ad hoc para enfatizar en la falsa conciencia de que la clase obrera no solo es incapaz de gobernar una nación, sino que el gobierno que establece siempre es sinónimo de ausencia de libertad y democracia.
37. Que la única posibilidad que tiene es la de establecer gobiernos que asfixian al ser humano, que lo mantienen esclavizado pues se cierran todas las posibilidades de xpresar libremente la opinión propia, se cancelan los derechos humanos y se establece un dictadura contra el pueblo.
38. Paralelamente se ha imbuido la idea de que el capitalismo es sinónimo de democracia, libertad y realización del ser humano; por lo que la clase obrera puede luchar por sus derechos en el marco del propio sistema capitalista sin proponerse su transformación porque ello conduciría al caos.
39. De esta forma poco a poco la clase obrera ha ido tomando para sí la falsa conciencia de una tal incapacidad para tomar el poder; de la tesis del fin de la historia como consecuencia del predominio de la democracia liberal como sistema que legitima lo mejor de las aspiraciones de la humanidad; de la legitimidad de la racionalidad capitalista con su promoción del consumo y el desperdicio; el hedonismo y la barbarie instituidas y aceptadas legal y moralmente por el propio sistema.
40. La reificación del proletariado, su alineación es una realidad en nuestro tiempo; al proletario se le aliena creándole imaginarios sobre lo que puede eventualmente alcanzar en su vida , generando cada vez más necesidades que le provocan situaciones que van de la satisfacción a la insatisfacción, de la tranquilidad momentánea al estrés casi permanente y como una forma de vida para cerrar el ciclo direccionalizando la vida de cada cual en el objetivo de dar satisfacción a esas necesidades nunca satisfechas. Al respecto Herbet Marcuse precisa: “...Si los individuos se encuentran a sí mismos en las cosas que dan forma a sus vidas; lo hacen no al dar, sino al aceptar la ley de las cosas...”8
41. La alineación que genera el mercado mundial en cada individuo, la inmensidad de mercancías que están al alcance de su mano pero que no pude adquirir le dan la impresión del mundo de la abundancia de bienes, en consecuencia se ve en esos bienes , acepta esa realidad que le es impuesta y en conseguir las satisfacción de las cada vez más diversas necesidades creadas artificialmente, se le va la existencia; de esta manera el sujeto alienado es devorado por su existencia alienada9.
42. Es un proceso en el cual la “falsa conciencia” de su alineación se vuelve de pronto conciencia real. Se da entonces un proceso deformado de identificación de los intereses de la clase obrera con los de la clase capitalista; en apariencia desaparecen las contradicciones; por lo menos en la mente del trabajador. En esa tarea dedican todo sus tiempo los aparatos ideológicos del estado; desde el estado mismo, la iglesia, los mass media, el cine, los sindicatos, la escuela, la cultura del dinero y la competencia para destacar frente a los demás aniquilando al competidor.
VI. IZQUIERDA Y CONCIENCIA DE CLASE.
43. Mientras la clase obrera es bombardeada por los poderosos aparatos ideológicos del capitalismo, la izquierda se neutraliza por la indefinición que le genera la idea de que por tales circunstancias la clase obrera ha dejado de ser la clase revolucionaria para convertirse en aliada del capitalismo en el mundo unidimensional conceptualizado por Marcuse.
44. Primero Marcuse propuso que fuesen los estudiantes ese nuevo sujeto revolucionario y ahora perdemos el tiempo en debatir si la multitud global es la nueva clase revolucionaria en una especie de retorno a la tesis de la espontaneidad de las masas. Se nos olvida que la conciencia revolucionaria le viene a la clase obrera desde fuera, de la misma forma que la falsa conciencia. Se nos olvida la multiciada fraase de Marx: “ ...No se trata de lo que directamente se imagine tal o cual proletario, o incluso el proletariado entero. Se trata de lo que es y de lo que históricamente se verá obligado a hacer por ese ser...”10La izquierda ha olvidado este principio fundamental al examinar el problema de la conciencia de clase.
45. La clase obrera puede pasar por una etapa de predominio aplastante de la falsa conciencia impuesta por el capitalismo, pero ello no reduce ni mínimamente su potencialidad revolucionaria; ni le sustituye de las tareas históricas de asumir la totalidad de la sociedad e imponer sus intereses por la vía de la toma del poder. Es posible que muchos proletarios, o incluso el proletariado entero no tengan hoy el propósito de tomar el poder e ignoren y se alejen de la tarea histórica que solo el proletariado puede cumplir; aún en ese extremo caso, el proletariado sigue siendo la clase potencialmente revolucionaria, la única clase que reúne las características, el perfil indispensable para establecer la sociedad sin clases. ¿Qué Hacer?
46. Hay como hemos vista una caída en el nivel de la conciencia de clase de la clase trabajadora; pero no por las razones que argumentan quienes plantean el cambio del sujeto revolucionario; sino , básicamente por la confusión ideológica de la izquierda en el mundo.
No le podemos reclamar a la clase obrera este problema; la responsabilidad recae indudablemente sobre el movimiento revolucionario el cual ha sido incapaz de remontar la falsa conciencia impuesta por el capitalismo en su etapa neoliberal y globalizadora.
1. CUANDO LENIN EXAMINABA ESTE PROBLEMA SE PREGUNTABA LO SIGUIENTE: ¿ Por qué el movimiento espontáneo , el movimiento por la línea de la menor resistencia conduce precisamente al predominio de la ideología burguesa? Y el propio Lenin contestaba la cuestión Por la sencilla razón de que la ideología burguesa es por su origen, mucho más antigua que la ideología socialista, porque su elaboración es más completa y porque posee medios de difusión incomparablemente mayores....”11.
47. Sostenemos que la responsabilidad es del movimiento revolucionario integrado por los partidos marxistaleninistas del mundo dado que la conciencia de clase no le viene a la clase obrera de suyo; la conciencia de clase de la clase obrera se forma y fortalece desde fuera, el propio Lenin precisaba al respecto lo siguiente:
“...Hemos dicho que los obreros no podían tener conciencia socialdemócrata. Esta solo podía ser traída desde fuera. La historia de todos los países demuestra que la clase obrera está en condiciones de elaborar exclusivamente con sus propias fuerzas solo una conciencia tradeunionista, es decir, la convicción de que es necesario agruparse en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar al gobierno la promulgación de tales o cuales leyes necesarias para los obreros , etc. En cambio la doctrina del socialismo ha surgido de teorías filosóficas, históricas y económicas elaboradas por intelectuales, por hombres instruidos de las clases poseedoras. Por su posición social , los propios fundadores del socialismo científico moderno, Marx y Engels, pertenecían a la intelectualidad burguesa.....”12
48. Como se ha precisado a lo largo de este artículo, el viento de la historia sopla a favor de la clase obrera y de sus intereses; se cae el velo de la confusión cada vez más; hoy día es difícil que la ideología del capitalismo no se vea cuestionada por los ciudadanos comunes que son víctimas del desempleo, la insalubridad y las guerras imperialistas de ocupación.
Es el momento de pasar a una contraofensiva ideológica. Es el momento de la contraofensiva de los partidos de izquierda; la condición es que sean los propios partidos los que resuelvan el problema teórico de la conciencia de clase y consecuentemente mantengan la idea marxista de que el sujeto de la revolución sigue siendo el proletariado.
Citas:
1 En el verano de 1989 el ensayista Francis Fukuyama escribió un artículo que fue publicado en la revista “The National Interest” en el cual argumentaba que la democracia liberal había adquirido tal legitimidad que había sido capaz de superar y derrotar a la monarquía hereditaria, al fascismo y al comunismo, razón por la cual la democracia liberal se podría convertir en el punto final de la evolución ideológica; como tal marcaría el fin de la historia. En una especie de interpretación neopositivista de la teoría de sistemas atribuyéndole a la democracia liberal la capacidad de resolver todo tipo de contradicciones hacia su interior por lo cual resultaría ocioso buscar la solución de tales contradicciones fuera del propio sistema que la engendra; con ello el capitalismo garantiza su eternitud.
2 Martín Alonso, Enciclopedia del Idioma, edición mexicana, Ed. Aguilar; México, 1988; tomo primero.
3 Lucien Goldman, Marxismo y Ciencias Humanas; ed. Amorrortu, Argentina, 1970. p. 96.
4 ibid.
5 Carlos Marx “La sagrada Familia”, ed. Progreso, Moscú, 1976.
6 Georg Lukács “Historia y conciencia de Clase”, ed. Sarpe, Madrid, 1985, p.131
7 Carlos Marx, Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores; Obras escogidas, ed. Progreso,
Moscú 1976, p.12.
8 Herbert Marcuse, “El Hombre Unidimensional” , ed. Joaquín Mortiz; México, 1964; p. 51.
9 Ibid.
10 Carlos Marx “ La sagrada Familia”, ed. Progreso, Moscú, 1976.
11 Lenin ¿ Que Hacer? Ed. Progreso, Moscú , 1979, p. 4
12 id.
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