Los “poseedores” de estrellas

Por Gabriel Hernández García 

“El Principito”, decide realizar un viaje por diferentes planetas para conocerlos  y  observar las ocupaciones de sus habitantes; es así como llega al cuarto planeta, en él se encuentra con un personaje obsesionado por contar, lleva ya 54 años de su vida la cual ha ocupado solo en contar estrellas. Solo se ha distraído 3 veces y lleva ya contados 500 millones. 

Según él estas  han sido contadas y recontadas para “poseerlas” y la forma de hacerlo consiste en escribir “sobre un pequeño papel” el número de estrellas contabilizadas para luego encerrar dicho papel y número, “bajo llave”, en un cajón. Para este personaje, en eso consiste la posesión.

Trastornado por esta actividad no permite distraerse ni un segundo en contar “sus” estrellas para meterlas en el banco.

En el mundo moderno  la situación es similar, o peor. Existen individuos obsesionados por contar y acumular dinero pensando que, al tenerlo en el banco o invertido en algún negocio lo poseen. Son pocos, muy pocos, en relación con la población mundial, pero son muy poderosos desde este punto de vista. También ellos, como en el cuento mencionado, están obsesionados por contar y acumular y han logrado hacerlo almacenando riquezas  fabulosas, mucho, mucho más  que los 500 millones de estrellas contadas por el personaje creado por Antoine de Saint Exupery en su obra, “El principito.”

 Esta inmensa riqueza atesorada (como no se había visto nunca en la historia de la humanidad) es propiedad de unos cuantos y depositada en bancos, pero su  disfrute aun para quienes se dicen propietarios, nunca lo podrán hacer. Estos tesoros son tan grandes que sus dueños, aun cuando se lo propusieran,  jamás podrán disfrutarla toda y, lo más seguro es que ni siquiera en una mínima parte. ¿Cuándo, cómo o en qué se podrían gastar los millones y millones de dólares, euros o pesos mexicanos?

 Por mucho que lo hicieran, nunca se acabarían la riqueza depositada. ¿Nombres? Carlos Slim 73 billones de dolares, Bill Gates 67 billones, Amancio Ortega 57 billones, Warren Buffett 53.5 billones, Larry Ellison 43 billones, Charles Koch 34 billones. Sólo  por mencionar algunos. Dimensionar las cifras mencionadas resulta casi  incomprensible por lo  inconmensurable de dicha riqueza.

Por cierto, los medios, para reunir esa inmensa cantidad de recursos económicos, son para ellos totalmente indistintos: extorsionan, roban, explotan, trafican, secuestran, falsifican, torturan, matan, es decir realizan  todo aquello que implique seguir acrecentado su riqueza y, si para ello tienen que eliminar a  quien sea no  les importa. El objetivo es acumular y lo logran. Como el sujeto del cuento, con tal de acumular no se distrae en absolutamente nada, sólo hacen  aquello que implique el incremento de su riqueza y nada más.

Ciertamente se dan grandes lujos, casi inimaginables para la inmensa mayoría de la población, pero a pesar de ello no pueden gozar   de todo, es más , en algunos casos, por ejemplo, de los narcotraficantes, enajenados por el poder del dinero, causan su propia tragedia, la de sus parientes cercanos e incluso, la de sus esposas e hijos. Conocida es la historia, pero no la única,  de Pablo Escobar Gaviria, personaje que acumuló una fortuna calculada entre 15,000,000,000 y  25,000.000,000 millones de dólares, pero que, después de todo, termino casi solo, abatido por la policía y dejando la tragedia y el  desamparo para su familia y muchísimos hogares colombianos.

Lo mismo ha ocurrido y está ocurriendo, con muchos narcotraficantes mexicanos los cuales superan el ejemplo citado en todos los sentidos. 

Toda esta riqueza, producto de la explotación, miseria y muerte,  de millones de hombres, pero que es acumulada en unas cuantas manos egoístas bien pudiera servir para el beneficio de millones de seres humanos pero se convierte en algo  inútil pues, solo sirve para producir más riqueza y volver acumularla en el banco. La riqueza producida en los tiempos actuales puede y debe servir para lograr un mejor nivel de vida para la mayor cantidad de gente posible y de ser posible para toda la humanidad, cuando se presenta lo absurdo del cuento, o de la realidad actual, es verdaderamente  inservible tanta fortuna desperdiciada inútilmente. 

La humanidad tiene que reflexionar, sobre este punto y tratar de componerlo, de paliarlo, y, de ser posible corregirlo definitivamente. Una sociedad tan desigual no puede existir y tarde o temprano nos puede llevar al fracaso.