Por Naty Torreblanca
Guerrero es un estado marcado
históricamente por el dominio caciquil, por la represión y la lucha social.
A partir del reconocimiento
constitucional (27 de octubre de 1949) en el estado se empieza a dar una pugna
entre caciques por la gubernatura, esto ocasionó que el poder central al no
tener bien definidos los caminos, opta por imponer gobernadores con formación
militar, que por lo regular venían de fuera,
no nacidos en el estado, sin intereses personales dentro del territorio
y tratando de conciliar entre los caciques de la zona trayendo con esto
relaciones clientelares.
La
inestabilidad política que se vive en Guerrero es cuenta añeja, hago referencia
aquí al periodo del cardenismo, pues con el reparto agrario se excluyeron a los
sectores vulnerables de la sociedad guerrerense pues quedaron estos sometidos a
intereses de caciques, quienes hacían llegar subsidios para garantizar votos
para el partido oficial.
Es
interesante mencionar que en el contexto de represión e intolerancia y en
búsqueda de democracia en el estado de Guerrero se gestaron dos movimientos
revolucionarios, el primero con Lucio Cabañas de 1967 a 1974 con el partido de
los pobres y Genaro Vázquez Rojas de
1968 a 1972 con la sociedad cívica
revolucionaria creando los movimientos revolucionarios caracterizados por la
autodefensa campesina que después se convierte en guerra sucia y posteriormente
en estado de sitio, estos movimientos al igual que los demás que se pronunciaron en Guerrero fueron
reprimidos. Solo que el valor real se aprecia por la conciencia creada en la
población civil que comienza a buscar la democracia en términos legales al
igual que reclama la presentación de los desaparecidos políticos, y también dar
así entrada a la ley de amnistía en el país, tomando en cuenta que Guerrero fue
el primer estado en poner en pie esta ley.
El
presente político de este estado es similar al que se vive en varios de los
estados de la República Mexicana, y no dista de la realidad política de la que
ya hice mención, levantamientos civiles, policías comunitarias, autodefensas,
vecinos vigilantes, que cansados de la inseguridad se organizan para defender
al pueblo. La capital del estado de Guerrero, Chilpancingo se encuentra sitiada,
rondines militares, fuerzas especiales del estado, policías ministeriales, de
las que damos cuenta pues ya hasta nos parece cotidiano ver tanquetas del
ejército mexicano recorriendo las avenidas de la ciudad en la que se
promulgaron los sentimientos de la nación, entrando impunemente a la Universidad
Autónoma de Guerrero y en específico a la escuela de Filosofía y Letras.
Todo esto debido a que el crimen organizado,
narcotráfico, secuestradores han rebasado la fuerza del estado, quienes actúan
con impunidad, tanto en la capital como en comunidades pequeñas, cobrando
cuotas a grandes y pequeños comerciantes, escuelas de diferentes niveles
educativos, al servicio de transporte público y en general se vive una
inestabilidad política compleja.
Un
claro ejemplo lo encontramos en el municipio de Olinalá, perteneciente a la
montaña de Gro., donde el crimen organizado mantenía en total control a la
población, pues ya no eran libres de salir a la calle, de mandar a los hijos a
la escuela, ni pensar en poner un negocio, porque más velozmente que hacienda
llegaban los delincuentes a cobrar derechos de piso y cobro para brindarles
seguridad (un pago para no ser molestados), cansados de esta situación la
sociedad civil se organizó y decidió autodefenderse, gestándose así la llamada
policía comunitaria de Olinalá, con la señora Nestora Salgado líder o
comandanta como la nombran en la comunidad.
Nestora
Salgado fue detenida sin orden de aprehensión en un operativo policiaco-militar
el 21 de agosto pasado, operativo que se dio simultáneamente en varias
comunidades indígenas del estado de Guerrero, deteniendo a otros doce
integrantes de corporaciones de autodefensa y policía comunitaria, agrupadas en
la CRAC (Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias).
A la
comandanta la mantienen recluida en un penal de Nayarit, imputándole cargos de
secuestro en agravio de seis personas, entre ellas un menor de edad, según un
comunicado de prensa de la Procuraduría General de Justicia de Guerrero, de
fecha 27 de agosto de 2013.
Sin
duda, el estado ha sido rebasado por el crimen organizado, muestra de ello son
estas organizaciones civiles que se levantan a proteger a sus mujeres, hombres,
niños, niñas, patrimonio y tranquilidad, pues Ángel Aguirre Rivero gobernador
del estado en un primer momento apoyaba a las autodefensas, ahora les da la
espalda, y hay que tener presente que aunque se haya cobijado con la bandera
perredista para llegar al poder, su corazón pinta de colores priistas, claro
alumno de caciques figueroistas que lo sentaron en el gobierno y la historia se
repite, personajes con pasado político oscuro, pues los guerrerenses con
conciencia histórica aun recordamos el problema de Aguas Blancas del municipio
de Coyuca de Benítez (masacre de 17 Campesinos), el Charco en Ayutla de los
Libres (masacre por parte del ejército a indígenas reunidos en asamblea de
ejidos), y en el gobierno actual el asesinato de dos estudiantes de la Escuela
Normal Rural de Ayotzinapa, que acudieron a una manifestación a la capital del
estado, en la cual fueron cercados por policías estatales, ministeriales y
civiles armados, violando acuerdos internacionales de derechos humanos, casos
aún pendientes de resolver.
No
dudemos entonces que estos levantamientos civiles continúen para reclamar
seguridad pública, democracia y justicia para este aún llamado Guerrero Bronco.
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