Por Blanca Padilla
En el país y en Oaxaca, otros funcionarios policiales han
cometido acciones mucho más reprochables y no han sido destituidos. Evencio
Nicolás Martínez, procurador de Oaxaca durante el gobierno de Ulises Ruiz
Ortiz, ejemplifica esto. Su gestión estuvo marcada por controversias y
críticas, especialmente por violaciones a los derechos humanos y falta de
avances en casos como la desaparición de los activistas Edmundo Reyes Amaya y
Gabriel Alberto Cruz Sánchez. Sin embargo, permaneció en su cargo todo el sexenio.
Por otro lado, el fiscal de la República, Alejandro Hertz Manero, que sólo nada de muertito. Estando nuestro país como está, con altos niveles de inseguridad y corrupción, incluso seguirá en su cargo cuando el presidente Obrador se vaya.
Y Jesús Romero tiene razón, no debieron usarse
recursos públicos para hacer un video que probablemente le traerá beneficios
económicos a un particular. También le compro su discurso de paz y respeto. A
mí me llega, me convence. Yo sueño con una policía bien preparada, con
integrantes verdaderamente universitarios, respetuosa de los derechos humanos. Pero,
mi formacion es distinta.
No tenemos esa policía con la que yo sueño.
Quienes están en la policía son personas que no tuvieron otra opción de trabajo,
personas que no han recibido la debida formación académica, artística y en
cultura de paz. Muchos de ellos fueron criados con violencia, en la absoluta
pobreza y muchos aún viven al día. A ellos este mensaje de paz, respeto a derechos
humanos, tradiciones ancestrales como el tequio, la guelaguetza, la gozona o
guendalizáa no les llega. Nadie se ha preocupado por transmitírselos, por lograr
que lo hagan suyo. Sólo está en la verborrea de los políticos.
Po eso, pienso que lo que hicieron estos
policías, en términos religiosos, es un pecado venial y no es con destituciones
como se arregla. Tenemos que comprenderlos en su contexto. El mensaje que les
transmite un corrido cantado en su idioma les traspasa el corazón, los empodera
porque lo sienten.
Entonces, todos los convencidos del otro
mensaje y, sobre todo el gobierno, tenemos que trabajar para que esos policías
puedan sentir en las entrañas ese otro mensaje de paz y respeto y actuar en
consecuencia con ello.
Sin embargo, también hace falta infundirles
fortaleza y orgullo. El policía es hoy por hoy una figura devaluada
socialmente. Tenemos que hacer que recuperen el respeto por el respeto. Es
decir, que introyecten que en la medida en que ellos respeten y se respeten van
a fortalecerse ante la ciudadanía.
Por otra parte, definitivamente necesitan aprender a hacer uso de la fuerza con apego a derechos humanos, pero con firmeza. La delincuencia no se combate con rosas. Aunque habría que definir exactamente qué es delinquir y qué y quiénes son “la delincuencia”.
Todos los grandes generales han sabido como
arengar a sus ejércitos para llevarlos a la victoria. Zaragoza, según Paco
Ignacio Taibo, les dijo a sus soldados, con respecto al ejército francés: “Puede ser que ellos sean el mejor ejército del
mundo, pero nosotros somos los mejores hijos de México” y esa gran batalla
se ganó en Puebla.
Eso necesitamos. Que los policías sientan en el
alma que nuestro futuro como nación está en sus manos. Qué si ellos hacen bien
su trabajo, con valentía y sin entrarle a la corrupción, todavía tenemos
esperanza. Necesitan nuestro reconocimiento.
Entonces, no quiero creer que sólo decidieron mandarse
a hacer este video por alardear. Y sí, estamos en un contexto difícil. Pero,
quiero hacer de abogado del diablo y decir que fue un acto inocente. Que puede
servir a otros intereses, sí. Pero no fue el objetivo. Y no es el único canto
que hay, circulan raps y otros ritmos haciendo apología a diversas
corporaciones policiacas de Oaxaca. Tal vez a nadie le importa porque no se han
hecho un video usando elementos, patrullas y armas oficiales. Pero ahí están.
El culpable de nuestra descomposición social e inseguridad no es un género musical, ni son los cantantes de los llamados “narcocorridos”. La enfermedad no es el mensaje ni el mensajero. Ellos sólo describen lo que pasa, en todo caso.
Recordemos que en el caso Ayotzinapa, el
ejército quiso criminalizar a los jóvenes porque en sus teléfonos tenían
canciones de La Trakalosa. Y Omar García lo decía muy bien: es lo que tenemos,
es lo que escuchamos. Y yo diría, es lo que nos recetan día y noche los medios
de comunicación comerciales y las redes sociales. Como dicen los zapatistas ¿de
qué tenemos que pedir perdón?
Vamos a trabajar, señor gobernador Salomón
Jara, para mejorar el nivel no sólo de adiestramiento físico sino cultural,
universal de nuestros policías, para que podamos decirles que sean consecuentes
con nuestros mensajes de paz y amor y no hagan alarde de su valentía y arrojo
tan sólo con la fuerza bruta y las armas. No es desechando personas como se
mejora una corporación. Si el mensaje es de paz, no creemos resentimientos
inútiles. Piénselo.
P.D: Les dejo direcciones de otras rolitas que
hacen apología del trabajo policiaco en Oaxaca. Hay un canal entero.
Creatividad, sí hay entre los policías. Fue el policía Calixto García quien compuso en 2021 el himno a la policía. Gusto y sensibilidad por la música, no falta. Bueno, estamos hablando de Oaxaca, qué se podía esperar. Sólo hay que
abrirles el abanico, enseñarles que hay otras opciones musicales, que hay otras
formas de luchar contra la violencia y que no es con más violencia.
https://www.youtube.com/watch?v=f3S0soBsJt8
https://www.youtube.com/channel/UCBGDhT7Ki7FtZ5yLFmhDPSg
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