
En esta carta dirigida al IAGO, aclara Mompracem que si en su poder existían tres de los ejemplares que fueron sustraídos de manera ilícita, y que ya fueron devueltos, no es porque ellos estén detrás de tan deleznable hecho, sino que simplemente se dedican a comprar libros usados y no hay manera de saber o detectar la procedencia de tales obras.
Más aún, la librería refrenda su compromiso con la lectura y los amantes de los libros y se dice dispuesta a colaborar con el IAGO y otras bibliotecas públicas para detectar los ejemplares que de ellas sean sustraídos, siempre que oportunamente se dé cuenta de tales sustracciones.